¿Cómo es trabajar desde una oficina en el campo?

Cada día trae un infinito vaivén de situaciones buenas y malas, o como lo llamamos en la costa ‘correndillas’. Sea cual sea tu ocupación, profesión o labor, las situaciones inesperadas se hacen presentes, incluso en las tareas diarias del hogar, en medio de los estudios o en la cotidianidad de las relaciones amorosas; lo mismo ocurre en la parte laboral y más cuando trabajas en una granja como El Solar De Mao. Sin embargo, en medio de todo el afán diario, siempre hay un espacio para la calma, para admirar lo que nos regala la vida, pero no cualquier persona puede combinar esa admiración por la naturaleza dentro de su oficina o espacio de trabajo, no cualquiera se da el lujo, porque así lo siento, un lujo trabajar en un lugar que combina lo administrativo en medio del campo y el amor por los animales. 

Para mí la ‘atípica’ oficina que me recibe todos los días, es una motivación constante, y contrario a lo que puedan pensar las demás personas, es muy normal escuchar el ‘Muuuu’ de la vaca lola en medio de una seria conversación telefónica, el ‘kikiriki’ del señor gallo siempre que paso por el corral exigiendo su comida o el rebuznar de los ponys mientras disfruto del almuerzo. Y es que mi trabajo se debate en medio de esas dos situaciones, una oficina de 4 paredes y aire acondicionado (artificial) para todo el papeleo que sea necesario y una oficina amplia, con mucho aire natural y olores singulares para todas las actividades directas con animales: mi parte favorita. 

Trabajar desde el campo es tener siempre una aventura nueva, es una puerta abierta a lo desconocido, pero un espacio siempre para la diversión; sumado a eso es una invitación diaria a muchas sorpresas diferentes, aquí lo inesperado puede pasar. Pero no todo siempre es felicidad, también hay días en los que nos toca lidiar con algunas incomodidades que claramente no pasan en medio de la ciudad, como por ejemplo recorridos más cortos para ir a casa, un transporte más cómodo, la disponibilidad de tiendas o comercio, un mal día de los animales, una mala noticia del veterinario, etc., esto también hace parte de la experiencia de trabajar desde una oficina en el campo y no todas las personas están preparadas para eso. 

Afortunadamente no es mi caso, yo me quedo con los detalles inesperados, como un buen atardecer, que me regala la granja, la belleza de lo natural y lo puro que te brinda el campo. Sin pensar podría decir que trabajar desde el campo es aprender diariamente, desde lo más básico, hasta lo más complejo de la vida misma. En El Solar de Mao encontré la mejor oficina, para mi trabajo de campo. 

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